Aunque podrían considerarse como espumógenos de Clase A, los retardares forestales a corto plazo merecen una consideración especial por el ámbito de empleo. Se deben usar a concentraciones entre el 0.1% y el 1% dependiendo su uso como humectante o como espuma estructural que quede fijada a árboles y matorrales extinguiendo el fuego y proporcionando una gran resistencia a la reignición. Se deben poder emplear en medios terrestres como lanzas de espuma, chorro niebla, alta presión y también en medios aéreos como aviones o helicópteros. Debido a los sistemas con que se aplican deben presentar buenas propiedades anticorrosivas en materiales como hierro, latón, aluminio, magnesio, etc, que son comúnmente empleados en la industria aeronáutica. También sus espumas deben tener el menor impacto medioambiental posible permitiendo la regerminación de las plantas en el terreno tratado.